30 d’abril del 2008

Albert Hofmann: Descansa en Pau

Aquest passat dimarts va morir, a s'edat de 102 anys i a Basilea, Suïssa, n'Albert Hofmann, conegut en el món sencer per ser s'inventor de s'LSD, conegut també com àcid lisèrgic (o simplement àcid) o, vulgarment, tripi.

Ara que s'LSD està totalment passat de moda i pràcticament fora de circulació, serveixin com a humil homenatge a sa seva obra (que va inspirar legions de persones allà pels anys 60 i 70) aquestes línies de sa Wikipedia, on se relata minuciosament com varen transcórrer aquells dies de 1943, època on en Hofmann va "patir" ets efectes de sa dietilamida d'àcid lisèrgic per primera vegada.

Síntesis

El químico suizo Albert Hofmann sintetizó por primera vez LSD el 16 de noviembre de 1938 en los laboratorios Sandoz de Basilea (Suiza), durante un programa de investigación dirigido a encontrar posibles usos medicinales de los alcaloides del grupo ergolina, presentes en el cornezuelo del centeno. El cornezuelo es un hongo que infecta los granos del cereal que se utilizan para hacer pan de centeno, causando el fuego de san Antonio (ergotismo). Tras lograr sintetizar la ergobasina (sustancia uterotónica), comenzó a trabajar en otros derivados amidas del ácido lisérgico. La dietilamida del ácido lisérgico es el vigésimo quinto derivado del ácido lisérgico que sintetizó (de ahí su nombre: LSD-25), y en un primer momento Hofmann pensó que podría tener utilidad como analéptico, estimulante de los sistemas circulatorio y respiratorio, dada su analogía estructural con la nicetamida (dietelamida del ácido nicotínico), un analéptico conocido. Sin embargo, en los experimentos que se realizaron con animales no se observó ningún efecto beneficioso en este sentido (si bien las notas de laboratorio indican que los animales se volvieron extraordinariamente inquietos bajo sus efectos), y se abandonó su estudio. Sus propiedades psicodélicas no se descubrieron hasta 1943, cuando Hofmann, siguiendo lo que denominó «un curioso presentimiento», volvió a trabajar sobre el compuesto. Mientras volvía a sintetizar LSD-25, Hofmann se sintió mareado y tuvo que dejar el trabajo. En su diario, Hofmann escribió que abandonó el laboratorio y partió a su casa, afectado por «una notable inquietud, combinada con un ligero mareo». Hofmann indica que mientras reposaba en su cama cayó en un «estado similar a la ebriedad», no desagradable, que se caracterizaba por una estimulación extraordinaria de la imaginación. En un estado similar al ensueño, con los ojos cerrados contemplaba series ininterrumpidas de «imágenes fantásticas, formas extraordinarias con patrones de colores intensos, caleidoscópicos». El estado duró unas dos horas, pasadas las cuales remitió. Hofmann pensó que estos efectos psicoactivos se debían a que había absorbido accidentalmente una pequeña cantidad de LSD-25 por vía cutánea. Tres días después, tomó una dosis mucho mayor para poner a prueba sus efectos; este día pasó a ser conocido más tarde como "el día de la bicicleta".


El día de la bicicleta


El 19 de abril de 1943 el doctor Hofmann ingirió a propósito 250 µg (250 micrograms: 0,25 mg) de LSD, pues, por su experiencia con otros alcaloides ergóticos, pensó que podría ser la dosis mínima. Sin embargo, pronto descubrió que la sustancia tenía una potencia superior a la de casi cualquier otra conocida en la época, por lo que la dosis que se administró era en realidad superior a la que más tarde se aconsejó para fines terapéticos. Tras ingerir la sustancia, Hofmann sintió que le costaba hablar de forma inteligible y pidió a su asistente de laboratorio, que estaba al tanto del experimento, que le acompañase en su viaje a casa en bicicleta, pues, por las restricciones del período de guerra, no había automóviles disponibles. Durante el viaje a casa, el estado de Hofmann se agravó, y en su diario escribió que todo lo que había en su campo de visión ondulaba, distorsionado como una imagen en un espejo cóncavo. Aunque avanzaba velozmente, tuvo la sensación paradójica de que permanecía inmóvil. Cuando llegó a casa, llamó a un doctor y pidió a su vecina algo de leche, creyendo que le ayudaría a recuperarse. Hofmann hace notar que a pesar de su estado delirante, fue capaz de escoger con lucidez la leche, por su calidad de antídoto no específico contra el envenenamiento. Cuando llegó el médico, no encontró ningún síntoma físico anormal, salvo las pupilas extremadamente dilatadas. Tras pasar varias horas aterrorizado, convencido de que un demonio había poseído su cuerpo, de que su vecina era una bruja y de que el mobiliario de su casa le amenazaba, el doctor Hofmann pensó que había enloquecido por completo. En su diario, Hofmann indica que el doctor decidió no medicarlo y prefirió enviarlo a la cama. Una vez acostado, Hofmann sintió que el pánico comenzaba a dar paso a una sensación de buena suerte y gratitud. Los colores y juegos de formas que veía con los ojos cerrados le resultaban ahora placenteros. Se trataba de «imágenes fantásticas» que surgían ante él, alternándose unas tras otras, abriéndose y cerrándose en círculos y espirales para después explotar en fuentes de color, y comenzar de nuevo, en un flujo incesante. Durante su 'viaje', las impresiones acústicas (como el ruido de un automóvil que pasaba) se transformaban en imágenes. Finalmente, Hofmann se quedó dormido y despertó al día siguiente fresco y con la mente clara, aunque con cierto cansancio corporal. Desayunó con una sensación de bienestar y vida renovada, y encontró la comida deliciosa. Mientras caminaba por el jardín, notó que todos sus sentidos «vibraban con una sensibilidad superior, que duró durante todo el día».


Com a anècdota final (que imagin que molts coneixeu), quan The Beatles varen treure sa seva cançó Lucy in the Sky with Diamonds, moltes persones interpretaren que es títol feia referència a s'LSD, ja que a més sa lletra de sa cançó era purament irracional i plena de visions estranyes i imaginatives. En John Lennon, s'autor de sa cançó, va desmentir repetidament aquesta interpretació, afirmant que na Lucy in the Sky with Diamonds (Lucy en el cel amb diamants) era un dibuix que havia fet es seu fill Julian.

Vos deix sa cançoneta de marres perquè acabeu de disfrutar des viatge. Bon pont!



3 comentaris:

Xavier Peña ha dit...

Demà els diaris suissos n'aniran plens, ja voràs xD Tenen tan poques notícies per contar que algo així farà ses delícies dels lectors. Avui m'he trobat en portada i ben gros n'Scholes celebrant es gol i m'he cagat en sa puta.

Llorenç de Pina ha dit...

No ho havia pogut llegir sencer encara.
És una de ses experiències psicotròpiques pendents, i visto lo visto, i amb es llistó tan alt que ha deixat es Viña més yonki de sa història cofràdica, pot ser una opció de cara a futures edicions (si seguim vius)

Marc ha dit...

Jojojojo.. m'apunt!